miércoles, 17 de junio de 2009

Fecha 5

Cuando llegamos a Candara nos esperaba una cálida bienvenida. Un ejército de robots con forma de tortuga que flotaban a ras del suelo nos recibía con cañones listos para disparar hacia el barco fortaleza de Lamain. Los cañones eran de esencia pura, la Armada Dorada se extendía a lo largo del bosque y sus miembros eran incontables. Todos estaban a las órdenes de Raziel.
-¿Podés potenciar mi magia?- Le preguntó Luna a Null, pero él no respondió rápidamente y ella agregó: -Voy a pensar que sí.
Con sus manos comenzó a formar círculos y un pequeño tornado se formó entre ellas, luego lo arrojó hacia la legión. Null que preveía la represalia preparó un escudo que cubrió toda la fortaleza flotante.
Pero las tortugas clavaron sus garras en tierra y si bien habían diezmado parte de sus fuerzas, había muchos otros que continuaban en pie. Raziel voló hacia la nave de Lamain, era un Ángel con alas y espada de fuego, el ángel de la venganza. Nellens se transformó en dragón y se tiró por la borda para intentar absorber el rayo de energía destinado a ellos, pero no pudo concentrarse, entonces utilizó un recurso desesperado, movió a la nave de la trayectoria y el rayo le dio de lleno. Voló hacia el bosque pero gracias a la ayuda de Luna que lo arrastró con los vientos llegó nuevamente a la nave y yo me encargué de curarlo.
La nave de Lamain tomó velocidad y nos alejamos de la legión que se dirigía a Candara. Vimos dos torres, que se elevaban entre las montañas, varios pisos se elevaban hacia el centro de las mismas. Allí vivían muchas personas, humanos principalmente. Entre las dos torres había un lago, la ciudad crecía en forma vertical.
-¿Sabes si hay forma de matar a esos ángeles?- le preguntó Luna.
-No lo sé, yo crecí entre enanos, pero…- busca una página del libro de su padre y se la muestra a Luna.
En el libro decía que los demonios los desintegraban y los convertían en uno de ellos, esa no era una mejor opción.
Aterrizamos en un puerto en una de las torres y nos recibió un sacerdote.
-Veo que trajiste gente.
-Son los que Bagira mandó a buscar.
Así nos dio la bienvenida a todos y a Luna le hizo una reverencia. Subimos varios niveles de la ciudad hasta llegar a una especie de templo, había muchas columnas que lo rodeaban, cada una representaba un animal. Algunas de las estatuas de piedra brillaban como la de la Madre Oso, otras estaban apagadas, como la de Fenris. También brillaban las de los dos cuervos, una que parecía una mujer humana y la de una pantera.
Y cuando llegamos a ese nivel nos recibió la figura de un mono portando un bastón. En el centro del templo había un gran almohadón y en el centro dormía un enorme gato. El mono le pegó con el bastón en la cabeza.
-¿Qué pasa Banara?
-Me parece que te vinieron a ver.
La pantera se estiró y tomó forma humana.
-Por fin ha llegado mi señora- dijo mirándola a Luna- noto que están algo desorientados, por favor vengan por acá.
Bajamos a un salón, en el centro había una mesa baja rodeada de almohadones. El recinto estaba muy bien iluminado. Sentados a la mesa estaba un hombre que parecía un vikingo, tenía una barba prolijamente afeitada, uno de sus ojos estaba cubierto con un parche. A su lado tomando el té había un oriental, era más bajo, la piel amarillenta y sus ojos eran rasgados. La ropa que usaba era extraña, estaba cruzada sobre su cuerpo y lo rodeaba una cadena. Había además una mujer, una sacerdotisa, Null se dio cuenta de que practicaba artes que no hubieran sido aceptadas por el Imperio. Tenía un brillo extraño en los ojos (como cuando se cruza el margen de los vivos).
Se presentaron como Odin de Godhan, era muy parecido a Toro del Norte, Lao Tse Kui, el oriental y la mujer se llamaba Vekna.
Resultó ser que Toro del Norte era el bisabuelo de Odin, y le estrechó la mano a Null, que no era otro que su tío. Y cuando me saludó me miró como si le pareciera de otro mundo. Yo lo miré como si nada.
Null no parecía confiar demasiado en Vekna, después de todo parecía que ella utilizaba otro tipo de arte, o magia arcana, que él no podía entender ¿Que se podía realizar magia sin utilizar esencia? Eso era imposible, pero ella le demostró que era cierto haciendo aparecer una llama en su mano. Solo había que utilizar la energía interior, dijo. Pero Null seguía sin comprender y le preguntó a qué dios adoraba. Así todo terminó convirtiéndose en una charla filosófica sobre qué era el bien y qué era el mal. Le dije a Null que no importaba al fin y al cabo a que dios adorara, nuestras familias habían sido destruidas y no importaba si habían adorado a Asagoth o a quien fuera. Ahora todos estábamos por igual en la misma situación.
Al salón llegaron también Banara que trajo a un hombre tigre llamado Kan. Apenas la vio a Luna inclinó su rodilla en tierra. Luna ya se estaba acostumbrando a que todos hicieran eso pero no entendía el por qué aún.
Con ellos venía Corax que le dijo a Krosell, su mano apoyada en el hombro del lobo:
-Después tengo que hablar con vos.
Parecía que ya estaban todos reunidos en el salón, entonces Bagira dijo:
-Esto es todo lo que queda de la estirpe de Danwe. Somos todos los guardinales.
-Yo no soy un guardinal- dijo un enano de poblada barba con casco y armadura que salió de un rincón. Su nombre era Colgard.
-¿Y qué pasó con Madre Oso?- le preguntó Luna.
-Ella está hibernando. Ella fue la que encerró a Máscara de los Inviernos y duerme desde entonces.
Tuvimos que decirles que habíamos liberado al Dios de la Muerte otra vez al mundo en nuestro paso por Morwell. No fue buena su reacción.
-Como vieron hay una legión de Raziel afuera. Vienen a buscar esto- dijo y colocó el centro de la Rueda del Destino en la mesa- Fue creado por Sadeth para desequilibrar el mundo.
Le preguntamos por qué lo querían, por qué estaban atacando a los humanos y nos dijo que era por temor. Tenían miedo de que los humanos abrieran las puertas de Minoi. “El humano es distinto a todos, puede ser canal de energía buena o mala”.
Y también nos relataron la leyenda según la cual Danwe se sacrificó para atar su destino al de Sadeth. El problema es que cada tanto Danwe necesita tener una forma física, y ella habitó en el Norte con los elfos.
-El error de Madre Oso fue demostrarte como despertar tu poder- le dijo Bagira a Luna.
Ahora sí quedaba todo más que claro, por eso todos la reverenciaban y le decían señora, ella era la reencarnación de Danwe en la Tierra.
-Mientras Sadeth tenga forma física se puede morir, el problema es que no sabemos quién es.
Los celetiales habían iniciado la guerra por temor, tuvieron miedo de la visión de Benerith.
-Qué irónico, todo esto se inició porque hubo una visión- dijo Null.
-Los únicos que están luchando por algo que es parecido a lo que cree Danwe son los dragones, ellos son ahora los que están balanceando el mundo- dijo Lamain.
Era evidente que todos esperaban que Luna los ayudara, pero su respuesta los sorprendió:
-¿Y quién les dijo que yo voy a luchar? Sino me convertí en una señora de la muerte hasta ahora es solo porque todavía amo a mi pueblo.
Tuve que salir a recibir a Alessia, ella me miraba como si yo fuera poco más que una basura, pero no me importó. Ella traía a un hombre maniatado, me dijo que era un regalo para Luna, y supuse que tenía que ver con sus arranques de rabia. Conmigo estaba Banara y conducimos a Alessia adentro. Luego llegaron también los enviados de Raziel. Resultó que ambos querían unir sus fuerzas con nosotros, era evidente que sabían que allí se encontraba una de las partes de la Rueda y Alessia decía tener la tercera y ofreció entregársela a Luna junto al hombre atado.
-Hola mi amor- lo saludó con furia. Lareth le propinó una patada en el estómago.
Luna dijo que tenía que conferenciar con sus asesores antes de tomar una decisión y despidió a los enviados de Raziel y a Alessia, diciéndoles que los mandaría a llamar en cuanto tuviera una respuesta.
Lo primero que se sugirió fue robar la parte de la Rueda que tenía Alessia, pero eso no parecía ser posible contra su ejército de quimeras ¿con quién había que aliarse?
En el ínterin nos dimos cuenta de que Kallandros no estaba. Desesperados nos pidieron que lo buscáramos y Null se ofreció. Por suerte lo encontró caminando por el mercado. Kallandros se sacó el colgante con la llave y se la entregó.
-Esta situación es demasiado para mí.
-Jamás podrás escapar de lo que eres- le dijo Null.
-Creo que ninguno de nosotros puede.
Corax también se había ido, y cuando llegó trajo con él un ejército de quinientos dragones. Nellens se abrazó a su padre Bahamut que los comandaba.
La decisión había sido “unirnos” a Alessia, al menos por un tiempo y recibir la tercera parte como obsequio, la llamamos primero.
-¿Se puede no pelear?- le dijo Luna.
-¿Qué sugieres?
-Demostrarles que somos dioses.
-¿Cómo haríamos eso?
-Combinando nuestra fuerza.
Pero Alessia que había prometido entregar la parte de la Rueda del Destino ahora se desdecía de sus palabras. No quería entregárnosla porque la había estado custodiando por tres mil años.
Pero Null fue el primero en darse cuenta que ella no era quien decía ser y cuando quiso revelar su verdadera apariencia recibió un choque de energía que lo arrojó por la ventana. Enseguida volé hacia él para atraparlo y cuando estuvimos a salvo quise curarlo, pero el daño era demasiado grande y la energía comenzó a manchar mis manos. Null se estaba convirtiendo en un demonio. Así que lo llevé nuevamente hacia la sala, esperando que alguien pudiera ayudarlo.
El que había aparecido en lugar de Alessia era Sadeth que le dijo a Luna:
-Va a llegar el día en que trabajes para mí- y se fue.
Mientras tanto los dragones destruían la fortaleza insignia de heliópteros y se apropiaban de la parte faltante.
Una vez se hubieran ido los enviados de Raziel, Luna decidió ir a ver a su ex marido.
-¿Vas a pedir perdón por lo que hiciste?
-Sí, perdón por haberte usado.
-Ahora podés empezar a hablar, serán los segundos que te queden de vida.
-Si quieres saber donde está Alessia, pregúntate como exaltó Toro del Norte.
-Dame más información. Lareth desatalo.
Él la obedeció dudando.
-Bien ¿confianza?- le dijo ella extendiendo las manos, cuando él hizo lo mismo ella desenvainó las cimitarras y le cortó ambas manos- Para hablar no necesitás las manos.
Él gritó de dolor y ella le dijo a Lareth.
-Lareth, todo tuyo, pero que no se muera.
Al día siguiente Lareth tuvo que informarle de la muerte del prisionero. Ese mismo día lo iban a cremar y ella bajó de la torre con el desayuno en la mano para verlo.
Al hablar con Bagira ella le dijo que podía recuperar sus recuerdos como Danwe, Null había sido el de la idea, quizás en la mente de Luna estarían las respuestas que necesitaban.
Luna, junto a Bagira y a Null bajaron a la antigua sala del trono. Allí vivió Danwe y allí se enfrentó por primera vez a Sadeth, cuando decidió tomar forma humana para estar más cerca de la creación. Luna se sentó en el trono y a la orden de Bagira, Null que estaba frente a ella le tocó los hombros.
Luna se vio como Danwe rodeada de guardinales. Había un enorme árbol y debajo de él hombres que trabajaban la tierra. Del cielo calló un meteorito que los cubrió de polvo y destruyó todo alrededor. Cuando logró disiparlo lo vio venir a Sadeth.
-¿Por qué mataste a todo el mundo?
-No los maté- le dijo él y todo volvió a la normalidad.
-¿A qué viniste?
-Vine a ver la creación y a tratar de convencerte de que compartas tu vida conmigo- Ella le sonrió y lo siguiente que pudo ver fueron los mejores años de su vida junto a él.
Un día volvieron a donde había caído el meteorito. Él desprendió una especie de escudo circular y se lo entregó.
-Este es mi regalo para vos- de ese objeto emanaba mucha esencia que cayó en la tierra- con él vas a poder crear lo que quieras- Y Danwe comenzó a crear y cuanto más trabajaba, Sadeth se sentía más solo, ella lo descuidó y llegó un tiempo en el que todo lo que Sadeth tocaba se pudría y moría.
Él fue a Morwell junto a Alessia y conoció a los Fayries y cuando los tocó se convirtieron en aberraciones demoníacas.
-De esto soy capaz- dijo mirando sus propias manos.
Luego fue al sur a ver a Asagoth y a Asmodeus (su consorte). Él fue el primero que le habló de libertad a Sadeth porque a él tampoco le gustaba ser gobernado por Asagoth.
Cuando volvió junto a Danwe tenía la piel más oscura, los ojos de color amarillo y le dijo a ella que él había desaparecido de su vida.
-No te diste cuenta de lo que hice. Algún día vos vas a trabajar para mí. Ella vio como la hija de Corax lo seguía, al igual que un lobito hijo de Fenris. Ella había creado a un nenito que siempre estaba con ella, era Máscara de los Inviernos y también lo siguió.
Luego vio una escena en Pratos, estaba cara a cara con Sadeth, el mundo ardía y los Aasimar peleaban contra los Tieflings.
-¿Ves lo que hacés? Esto es tu culpa- le dijo Sadeth.
-Tú quisiste esto, no me eches la culpa.
-Ambos vamos a morir pero cada vez que vos regreses, también lo voy a hacer yo.
Vio que se quebraba la rueda del destino y a la siguiente imagen era la primer Dama de los Vientos y luego vio al futuro, a una chica morocha de ojos azules parada en un templo en una isla, rodeada de dragones y Bahamut le dio una espada. Allí también estaban Alexia, Nellens, Lareth y Bagira.
-Pedazo de poder el de la rueda- dijo al despertar.
-Le tendrías que haber dado más tiempo a tu marido- le respondió Null.

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